jueves, 4 de junio de 2009

Entre la vida y la muerte.


Desde que Alexander Fleming descubriera en 1928 la penicilina, hemos aprendido mucho sobre cómo actúan los antibióticos para eliminar las bacterias sin matar a nuestras células.

-La penicilina impide a las bacterias formar peptidoglicano, una molécula esencial para crear su pared celular que nosotros no necesitamos.

-Las sulfamidas interrumpen la fabricación de vitaminas dentro de las bacterias.
En las células humanas las vitaminas pueden entrar desde fuera pero en las bacterias no, así mueren por "avitaminosis".

-Las tetraciclinas bloquean la producción de proteínas en el interior de las bacterias, cosa que en las células no ocurre.

La idea siempre es la misma: atacar los puntos débiles de las bacterias y procurar que a nuestras células no les pase nada.

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