LA LINEA LATERAL DE LOS PECES
Linea lateral En alguna ocasión nos hemos podido preguntar como es posible que los peces puedan moverse con tanta armonía cuando forman un cardumen, o como es posible que incluso con luz tenue sean capaces de distinguir un movimiento cerca de ellos. Pues bien esto es posible a que los peces tienen un sentido adicional que les permite percibir las más mínimas ondas de presión en el agua. Este sentido se denomina línea latera.
Para conocer como funciona la línea lateral primero debemos conocer un concepto básico. Todo objeto que se mueve en un medio liquido o todo sonido que se transmite por el genera vibraciones en el medio. Estas vibraciones se conocen con el nombre de ondas de presión. Estas ondas comprimen y descomprimen las moléculas del agua cuando pasan por ella. Estos ciclos de compresión y descompresión se describen en término de frecuencia y es el número de ciclos de onda por segundo. La frecuencia se expresa en hercios. Por ejemplo la voz humana puede generar frecuencias entre 100 y 10000 hercios mientras que el oído humano puede detectar frecuencias entre 20 y 20.000 hercios. Un perro puede llegar a escuchar frecuencias de hasta 160.000 hercios. Si el sonido esta por debajo de lo que el ser humano puede escuchar se denominan sonidos subsónicos mientras que si está por encima se denominan ultrasónicos. Una ballena por ejemplo genera sonidos subsónicos entre los 15 y los 35 hercios. El agua es un excelente conductor de las ondas de presión por lo que los sonidos pueden viajar grandes distancias.
La línea lateral está compuesta de una serie de perforaciones o poros de pequeño tamaño en los lados del pez. Estas se sitúan desde detrás de la cabeza hasta la cola. Existen otras perforaciones con la misma utilidad en la cabeza y alrededor de esta.
Cuando una onda de presión choca con el pez esta se transmite dentro de los poros permitiendo la entrada de agua. Dentro de cada perforación (también llamada fosa sensorial) existe un pequeño órgano denominado neuromasto. Estos son muy similares a las células sensoriales del oído interno siendo sensores biológicos de presión.
Cuando una onda de presión toca un neuromasto este se curva según la fuerza de la onda transmitiendo esta curvatura al cerebro del pez mediante unas pequeñas terminaciones nerviosas que están conectadas a la base de cada neuromasto. Este sistema es altamente sensible y le permite al pez el percibir incluso frecuencias muy bajas de 100 hercios o menos.
Gracias a este sistema, los peces pueden llegar a anticiparse al ataque por ejemplo de un depredador o a moverse por zonas de poca visibilidad al detectar las vibraciones del agua desviada por los obstáculos cercanos.
La línea lateral está compuesta de una serie de perforaciones o poros de pequeño tamaño en los lados del pez. Estas se sitúan desde detrás de la cabeza hasta la cola. Existen otras perforaciones con la misma utilidad en la cabeza y alrededor de esta.
Cuando una onda de presión choca con el pez esta se transmite dentro de los poros permitiendo la entrada de agua. Dentro de cada perforación (también llamada fosa sensorial) existe un pequeño órgano denominado neuromasto. Estos son muy similares a las células sensoriales del oído interno siendo sensores biológicos de presión.
Cuando una onda de presión toca un neuromasto este se curva según la fuerza de la onda transmitiendo esta curvatura al cerebro del pez mediante unas pequeñas terminaciones nerviosas que están conectadas a la base de cada neuromasto. Este sistema es altamente sensible y le permite al pez el percibir incluso frecuencias muy bajas de 100 hercios o menos.
Gracias a este sistema, los peces pueden llegar a anticiparse al ataque por ejemplo de un depredador o a moverse por zonas de poca visibilidad al detectar las vibraciones del agua desviada por los obstáculos cercanos.
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